La imaginación y la memoria del difunto, ya sea alabanza, respeto, tristeza, etc., crean y avivan las formas pictóricas imaginarias del difunto, que tienen una vida relativamente larga, si los recuerdos son frecuentes e intensos. Estas imágenes creadas por personas vivas se llaman fantasmas mágicos. Los fantasmas también no son más que meros fantasmas que alimentan, condensan y mantienen, como ocurre con las sombras, la atención de los que quedan. Los fantasmas se pueden crear en cientos.
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